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La Papisa. La Sacerdotisa: la favorita de las brujas

Este Arcano mayor tiene el número II, si bien en la numerología convencional se asocia a la dualidad, en el Tarot, 2 no es [1 + 1] sino que es un valor puro, en sí, que significa acumulación. La Papisa incuba.


Se trata de la primera mujer de los Arcanos mayores que se presenta en la baraja. Aparece enclaustrada, lo cual sugiere aislamiento, espera, soledad elegida o padecida. La Papisa guarda un misterio, se encuentra en un encierro secreto donde prepara una nueva forma. La Sacerdotisa, también es vista como una iniciadora, una maga. Ella es fuente de potencialidades. En el sentido positivo e iniciático, La Papisa prepara una eclosión.


Este Arcano viene hacia nosotres para hablar de la vida material y del espíritu puro. Puede tratarse de un interés que se incuba, un conjunción de datos, un deseo apasionante que crece en la oscuridad, un proyecto que aún requiere de nuestra atención hasta que se encuentre fortalecido y pueda salir a la luz en el siguiente Arcano. La toma de conciencia se efectúa a través del cuerpo.


Las tres cruces que adornan su pecho significan que, pese a estar enclaustrada en la materia, pertenece a lo espiritual. Representa el espíritu que habita en cada uno de nosotres y nos llama a comunicarnos con esa fuerza divina incorruptible. Fuera de la acción, en plena recepción acumulativa, depura con intransigencia todo lo que pudiera impedir el paso a la energía divina.


Si la carta aparece mal aspectada, puede sugerir la obsesión por la virginidad que conduce a la castración y la prohibición de vivir.

Mientras que, La Papisa Invertida, habla de algo que se entorpece, se hace más pasiva; ya no se puede extraer nada de ella, es una carga. Las intuiciones que aporta, trastornan su sentido y se convierten en falsas. Demora, detenimiento, torpeza en la realización.







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