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Aleister Crowley: el mago que revolucionó el siglo XX

Conocido como una de las mentes más retorcidas del mundo, Crowley jugó un rol fundamental en la difusión de la sabiduría oculta y esotérica a principios del siglo XX. Ha escrito numerosos trabajos, diseñó mazos de Tarot y hasta creó su propia sociedad secreta.

Nació en Inglaterra en 1875 en el seno de una familia religiosa. Su verdadero nombre era Edward Alexander Crowley. Luego de haber estudiado Ciencias Naturales en Cambridge visitó tierras escandinavas y en Suecia decidió volcarse al mundo espiritual cambiándose el nombre por Aleister. Entre sus estudios estaban la poesía, la magia y el erotismo. Se vinculó con la Orden Hermética de la Aurora Dorada y realizó numerosos viajes por la India, México, Egipto y los Estados Unidos.


En 1904 escribió obras sobre la Ley de Thelema, una filosofía que hacía referencia a la búsqueda de la voluntad de los individuos ante cualquier restricción o ley. Años después, en 1912 presidió la Ordo Templi Orientis, Orden del Templo de Oriente (sus siglas eran O.T.O.) de orientación masónica. Durante su gestión, la orden trabajó bajo la ley de Thelema cuyo lema era Haz lo que quieras. Unos años después, en 1920 estableció la Abadía de Thelema en Cefalú, Sicilia, en donde agrupó a miembros para la búsqueda de la iluminación espiritual. Allí se hacían todo tipo de rituales. En 1923 se realizó una misteriosa ceremonia en la sede italiana en donde un hombre murió tras haber consumido algún tipo de drogas proporcionadas por el mago. Finalmente Crowley fue expulsado del país y la Abadía cerró sus puertas allí.


El concepto de Thelema no sólo se basaba en aspectos ocultistas, sino también en la idea de búsqueda del éxito por medio del estudio de la psicología y la metafísica.


El excéntrico mago solía vestirse como un faraón, con una túnica y un largo vestido. Le gustaba el tabaco, el alcohol y el consumo de estupefacientes. Firmaba sus obras y documentos como La Bestia o el 666 haciendo alusión a sí mismo con el Diablo. Para Crowley, el demonio era más que nada una representación de las naturaleza y de la creación. Murió en diciembre de 1947 a los 72 años en Hastings, al sur de Inglaterra. Tenía problemas respiratorios.










 
 
 

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